¡Buenas tardes a todos! ¿Que tal estáis?
Hoy no os traigo una reseña, todavía no he acabado mi lectura de El médico, pero ya le queda poquito.
Ayer fue Sant Jordi en Cataluña y como cada año las calles se han llenado de rosas y libros, y por suerte ha caído en Sábado y hemos podido disfrutar toda la mañana paseando igual que un montón de personas más.
Yo estoy muy contento porque me regalaron dos libros que quería, el primero es este:
Conocía a Joe Abercrombie en la trilogía de La primera ley y tenía muchas ganas de empezar esta trilogía y por fin tengo el primer libro :D y un punto de libro muy chulo :P, Todo cortesía de mi futura mujer :P
El segundo libro ha llegado a mis manos por parte de mi suegra. En verdad son dos libros ya que como podréis ver contiene las dos primeras entregas de Los caminantes de Carlos Sisí:
Estos libros ya me los he leído, podéis visitar las reseñas de Los caminantes, Los caminantes: Necrópolis, Los caminantes: Hades Nebula y Los caminantes: Aeternum si os apetece, pero solo me habían regalado el último, Por lo que ahora solo me falta uno para tener la colección de los libros publicados :D
Al principio de esta entrada he dicho que las calles se llenaron de rosas y libros, quizá ahora os preguntáis por qué no hay ninguna rosa en la entrada. Pues bien, con el permiso de mi pareja os paso la foto de lo que recibió ella:
El dragón es por la historia que rodea este día:
Cuenta la leyenda, que había un gran dragón que tenía a todos los habitantes del pueblo atemorizados. Los habitantes no sabían cómo conseguir que el dragón no se acercara a la muralla y decidieron darle comida.Primero le dieron ovejas, luego vacas y así hasta que el malvado dragón se comió todos los animales que había en el pueblo. Pero seguía teniendo hambre y cada vez estaba más cerca de la muralla.Espero que hayáis pasado un gran día de Sant Jordi o día del libro, y espero que sigamos todos disfrutando de la lectura :D
Los habitantes no sabían cómo pararlo y finalmente decidieron que tendrían que ir sacrificándose uno a uno. Pusieron los nombres de todos en un puchero, incluso los del rey y su preciosa hija, la princesa.
Cada día una mano inocente sacaba un papel y el que salía era entregado al dragón para que se lo comiera y llegó el día en que fue el turno de la princesa. El Rey pidió a los habitantes que tuvieran clemencia con la princesa y no la dejaran morir, pero era su turno y se tenía que cumplir lo acordado.Cuando el dragón se acercó a coger a la princesa llegó un valiente caballero a lomos de un precioso caballo y empuñando su espada logró clavarla en el corazón del dragón acabando con su vida. De la herida del corazón salió un gran chorro de sangre que cayó al suelo y del que creció un hermoso rosal.El caballero recogió a la princesa y le dio una hermosa rosa. Sant Jordi se llamaba el caballero. Todo el pueblo estaba muy contento pues había conseguido matar al dragón, incluso el rey estaba tan contento de que hubiera salvado a su hija que le ofreció su mano. Pero Sant Jordi, muy agradecido, siguió su camino.
