Hoy os quiero presentar el primer libro de la Trilogía del Baztán de Dolores Redondo, El guardián invisible. Supongo que tras varios libros de esta temática, ya sabéis que las novelas policíacas me llaman mucho la atención. No sabría decir por qué escogí empezar esta trilogía, nadie me la había recomendado, pero al ver la portada de este libro me entró curiosidad.
En los márgenes del río Baztán, en el valle de Navarra, aparece el cuerpo desnudo de una adolescente en unas circunstancias que lo ponen en relación con un asesinato ocurrido en los alrededores un mes atrás. La inspectora de la sección de homicidios de la Policía Foral, Amaia Salazar, será la encargada de dirigir una investigación que la llevará de vuelta a Elizondo, una pequeña población de donde es originaria y de la que ha tratado de huir toda su vida. Enfrentada con las cada vez más complicadas derivaciones del caso y con sus propios fantasmas familiares, la investigación de Amaia es una carrera contrarreloj para dar con un asesino que puede mostrar el rostro más aterrador de una realidad brutal al tiempo que convocar a los seres más inquietantes de las leyendas del Norte.
La verdad es que empecé
la lectura pensando que sería una novela más, una historia policíaca sin nada
nuevo que aportar. Estaba tan equivocado...
La forma de
escribir de Dolores Redondo es amena, quizá en algún momento divaga un poco,
pero es una lectura fluida. Situada en Navarra, nos relata la historia
policíaca con saltos al pasado de la protagonista y mezclándose perfectamente
con las creencias y mitologías ancestrales de sus pueblos. Estos saltos, nos
permiten conocer y entender mejor a la protagonista, y no solo eso, sino que
gracias a estos saltos, la historia se va complicando y haciéndose más
interesante.
Quiero destacar el mal tiempo, que casi casi podría no comentarlo porque casi cada día llueve jajajaja La verdad es que nos describe a su gente, sus creencias, esa fuerza que permite a un pueblo mantener sus raíces a pesar de la imposición de nuevas conductas. Me ha enganchado tanto la historia policíaca como la humana. Creo que Dolores nos sitúa temporal y geográficamente maravillosamente.
Me ha gustado, y os lo recomiendo, pero también os tengo que hacer una advertencia, conseguid el segundo libro de la trilogía porque, al acabar este primero, el segundo es lectura obligatoria y casi necesaria.
Cambio radical después de la lectura deLos últimos españoles de Mauthausen, os presento un libro que me ha servido para reírme un rato, No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas de Laura Norton. No sabría decir por qué escogí esta lectura... supongo que para el viaje me apetecía un poco más de alegría y no tanta realidad.
Si estás leyendo estas líneas es que te ha llamado la atención el título. ¿Te gustaría decírselo a alguien? ¿Serías capaz de decírtelo a ti mismo? Y lo más importante: ¿te gustaría mantener durante un buen rato la sonrisa que se te ha quedado en la cara? Pues esta es tu novela. Te podríamos contar con más o menos gracia de qué va la cosa, para que te hicieras una idea: que si la protagonista, Sara, es muy maja, que si tiene un trabajo muy interesante (es plumista, ¿a que nunca lo habías oído?), que si es un pelín obsesiva y alérgica a los sobresaltos… Por supuesto, la vida se le complica y se encuentra con que su piso se convierte en una especie de camarote de los hermanos Marx cuando en la misma semana se meten a vivir con ella su padre deprimido, su hermana rebelde y su excéntrico prometido y, sobre todo, el novio al que lleva mucho tiempo sin ver… Pero mejor no te lo contamos porque te gustará leerlo. Lo único que necesitas saber es que, desde el título, te garantizamos unas cuantas horas de descacharrante diversión como hacía tiempo que no disfrutabas.
La verdad es que la sinopsis, que podéis encontrar en el botón que está justo aquí encima, se toma ciertas libertades y asegura que mantendrás la sonrisa que te ha quedado al leer el título. He de reconocer que a mi me ha hecho gracia, y que he mantenido la sonrisa tal y como promete la sinopsis :D Creo que ese título lo podremos utilizar en nuestra vida cotidiana, aunque cuidado, quizá la utilizan contigo.
Se trata de un relato muy entretenido, situado en la actualidad y en las calles de Madrid. La escritora nos traslada a la historia de nuestra protagonista, una chica normal, con problemas "normales", aunque a mí no me han sucedido. La forma de pensar de la protragonista me parece actual y adecuada para su edad, y esto lo hace más fácil de seguir y entretenido. Yo me lo he pasado muy bien, a pesar de que muchos momentos son previsibles, he decidido dejarme llevar por la autora.
Hay una cosa que me ha hecho mucha gracia, hay dos diálogos interiores con una amiga no real, son tan divertidos que he deseado que fueran más comunes.
Resumiendo me parece un libro mejor que Maldito Karma aunque no llega a gustarme tanto como Wilt.
Esta es la entrada más difícil que he escrito desde que empecé este pequeño rincón de lectura. Tengo tantos sentimientos a flor de piel que me cuesta poder pensar cada una de estas frases. Podría esperar a calmarme un poco, pero creo que ahora mismo, en este estado, es el momento adecuado para poder plasmar todo aquello que quiero dejar escrito. La alegría por tratarse de mi entrada número 100, se ve altamente superada por todo aquello que ha despertado el libro que hoy os quiero presentar.
Pocas veces veo El Intermedio, programa de La Sexta presentado por El Gran Wyoming, pero el azar quiso que un día pusiera este programa justo en el momento que estaban hablando sobre este libro. Si no fuera por este pequeño antojo del azar, no se si ahora os estaría presentando Los Últimos Españoles de Mauthausen de Carlos Hernández de Miguel.
“Tenía que intentar contar nueve mil historias, una por cada uno de los españoles y españolas que pasaron por los campos de concentración nazis. Sentía la necesidad de reflejar sus anhelos, viajar con ellos en esos fatídicos trenes de la muerte, acercarme a su sufrimiento en los campos, a la solidaridad en que se apoyaron para tratar de sobrevivir, a su alegría durante la liberación y a su frustración ante la imposibilidad de volver a su patria. Para ello visité a los pocos supervivientes que aún pueden hablar en primera persona. Conocerles ha sido uno de los mayores privilegios que me ha dado la vida.”
En este libro se habla de víctimas y de verdugos. Los últimos españoles supervivientes de los campos de exterminio nazis nos recuerdan su sufrimiento y la forma en que perdieron a miles de compañeros a manos de los siniestros miembros de las SS. Sus palabras nos llevan a un mundo de torturas inimaginables, pero también de dignidad, solidaridad y resistencia.
Esta es la historia de esos hombres y mujeres que sobrevivieron o murieron entre las alambradas de Mauthausen, Buchenwald, Ravensbrück o Dachau. Y es también la crónica periodística que denuncia a los políticos, militares, empresarios y naciones que hicieron posible que más de nueve mil españoles fueran deportados a los campos de la muerte.
En la presentación del libro aparecía una entrevista a José Alcubierre y Sigfried Meir (os recomiendo ver el vídeo de estas entrevistas). Estas entrevistas eran muy cortas pero la verdad es que me conmocionaron. Hubo una pregunta que le hizo Gonzo a José Alcubierre:
¿Mereció la pena el haber sido republicano, el tener una familia republicana, sabiendo todo lo que han sufrido después?
Orgulloso, orgulloso estoy... soy lo que soy, sí...lo tengo aquí (señalándose en el corazón, sin poder hablar)
Desde ese momento quise leerme este libro. Finalmente acabó en mis manos hace unas semanas gracias a mi novia. He tardado en acabarlo por dos razones, es bastante duro y lo leí poco a poco para quedarme con cada detalle, y por una pausa de una semana por un viaje. Ahora que lo he acabado siento que algo ha cambiado en mí.
Carlos Hernández, basándose en documentos y relatos de los supervivientes y familias, nos relata la odisea por la que pasaron los españoles que lucharon en la Guerra Civil y acabaron en los campos de concentración alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Los relatos de los supervivientes son realmente duros. No sólo nos detalla la vida de los españoles, también las implicaciones de los países que facilitaron toda la situación (sobre todo España) y las empresas que se aprovecharon e hicieron negocio gracias a los nazis. Con constantes referencias a declaraciones, libros, revistas, documentos secretos, etc, el escritor nos va guiando poco a poco.
Durante toda la lectura me he preguntado ¿Cómo hubiera actuado yo? ¿Hubiera tenido la fuerza para luchar y sobrevivir? No lo sé, y, sinceramente, espero no tener nunca que comprobarlo.
Una cosa que sí me gustaría comentar del libro es que me perdía en el tiempo, la organización temporal es un poco caótica, en un momento hablaba de 1939, al siguiente está en 1945 y de golpe estamos en 1941. Es el único punto que no me ha acabado de gustar.
Este libro, tal y como he dicho, ha despertado varios sentimientos en mi. Confusión, vergüenza, esperanza, tristeza... Es tanta mezcla que mi cuerpo no sabe exactamente como sentirse, me siento abrumado. Pero tengo claro que no me arrepiento de haber leído este libro. Siento tristeza por la raza humana, de lo que puede llegar a hacer el ser humano. Siento esperanza a la vez, por esos pequeños gestos que salvaron una vida. Había leído varias cosas sobre Guerra Civil española, Segunda Guerra Mundial, pero no de esta forma. Creo que el sentimiento que gana al resto es VERGÜENZA. Éste es el que ha desbordado al resto durante las últimas páginas de este libro.
Esta frase tan corta y simple me ha transmitido la finalidad que creo que tiene este libro. Esta finalidad, si lo he entendido bien, es NO OLVIDAR.
La verdad es que antes de leer este libro ya quería visitar algunos de los campos de concentración y/o exterminio. Pero no es por morbo, es por concienciar. Tras acabar este libro me gustaría ir y ser capaz de transmitir dos ideas: LO SIENTO CON TODO EL ALMA y sobre todo NO OLVIDAREMOS.